15/7/10


Hay una sección en internet que se llama Reflexiones Cristianas y que a veces leo porque aunque mis pensamientos religiosos no sean muy marcados, a veces encuentro en ella algún relato que me sirva para aplicar en mi vida o al menos para compartir. La que voy a poner ahora creo que tiene que ver mucho con lo que me ocurre estos días.

La langosta, cuando sale del mar y sube por las rocas se deja secar,  no tiene la percepción y energía suficiente para buscar su camino de regreso al mar, sino que espera a que el mar venga a ella. Si no viene, ella se queda donde está y muere, aunque posiblemente el más mínimo esfuerzo le haría  alcanzar las olas, que quizá están ondeando a menos de un metro.

En nuestra vida hay una ola que nos lanza a lugares difíciles y nos deja allí, como una langosta tirada. Si se decide quedarse donde las grandes olas nos dejan, esperando que una gran cresta nos lleve en sus hombros y nos transporte a suaves aguas, es muy probable que nuestras esperanzas nunca se conviertan en realidad.” Henry Ward Beecher

A diferencia de la langosta, el gato no necesita que nada lo impulse a saltar cuando sabe lo que le espera en el suelo. El mundo está lleno de langostas humanas …Personas encalladas sobre las rocas de la indecisión y el aplazamiento que, en lugar de emplear sus propias energías, se quedan esperando que una gran oleada de buena fortuna los ponga a flote o los devuelva al mar.

No debemos ser langostas humanas, debemos saltar como el gato y atrapar nuestros deseos…

Recuerda, amigo mio, que tú tienes lo que necesitas, tienes potencial, además de la confianza y una gran bondad…tú naciste grande, lleno de ideales, naciste con alas, por eso no te arrastras por nada ni por nadie…entonces usa tus alas y vuela…yo se que puedes llegar alto…se de lo que estás hecho y no me vas a defraudar…pero ten paciencia, tienes una carrera por delante que ganar

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Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...