Ella
era un alma en pena...frágil y pequeña. No había luna de agosto ni lluvia en
septiembre que le hicieran apartar de su mente los presagios de dolor y
tristeza…Ella solo quiere atarse alas en sus muñecas y huir a otros planetas
donde los borrachos se acuesten temprano y no haga falta una guerra para hacer
brillar una ciudad…
A
ella no le importa quien huye, quien se queda o quien pelea…Ella solo quiere el
calor de esos eclipses de sol brillando en sus pupilas cada vez que se acerca
la noche, repartiendo caricias en las cornisas… y lo espera a él…siempre a él,
dentro de su casa desierta, sabiendo a ciencia cierta que su destino es vagar
sin poder amar …sin hacer daño…
De
eso no puede escapar…jamás podrá despertar de su melancolía y pasará sus noches
buscando entre melodías, historias de amor que le hagan recordar…Eso busca
Letanía al amanecer, un plano onírico e insómnico a la vez, donde puedan
encontrarse uno en el sueño del otro antes que se puedan ver, las primeras
luces del alba, los diarios con las noticias sobre una muerte anunciada de una
guerra desigual y las putas regresando somnolientas a sus casas…
Por
eso a ella le va o le viene ese huracán sin sentido de romper ideales sin
motivos reales más allá de justificar el poder...ya no quiere ver ni pensar,
pero es incapaz de borrar las injusticias que van de un lado al otro
lado…madres llorando a sus hijos destrozados y gritos enterrados bajo los
escombros de una zona cero que aún no encuentra sus aliados…¿Cuándo alguien
tendrá piedad de ellos? ¿Cuándo Rasputín volverá de nuevo a sus infiernos?
Relato
inspirado en un personaje del mundo paranormal de Demiurgo, una banshee que
aparece como presagio de muerte…más historias de personajes en el blog de Demiurgo de Hurlingham