En las noches cuando el viejo y cansado mundo duerme, cuando escribo lo que durante el día se ha ido formando dentro de mi mente, me doy cuenta que hay magia....en todo lo que me rodea....o sino la creo en ese momento en que las teclas del ordenador empiezan a cantar esa melodía del taca taca.
Hay magia…cuando mi nieta se envuelve entre mis brazos colgándose de mi cuello y estallando en esa risa divina y contagiosa que llena toda la habitación y la inunda...su risa, infinita y perfecta, me hace tener fe en la vida…en las personas…y creer que las cosas merecen ser vividas por la única razón de que esa risa existe… Esa risa que todo lo envuelve y me envuelve y me hace mejor… más humana… más persona...
Hay magia…cuando bailo descalza por la casa, dando vueltas con la cabeza echada atrás, mientras me mira el espejo...vacío mi mente y solo dejo entrar las notas musicales que poco a poco me envuelven en un abrazo, donde no existe nada, ni tristeza ni dolor, sólo paz y calma...
Momentos que se entremezclan en mi memoria sin importar cuales fueron antes y cuales después, momentos de felicidad...y hasta una infelicidad absoluta