Él era mi norte, mi sur, mi este, y oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso de Domingo,
mi mediodía, mi medianoche, mi habla, mi canción.
pero el amor no dura para siempre.
W. H. Auden
Por
las noches antes de acostarme, te busco entre las melodías de otros amores
queriendo imaginar ese acompasado sonido que era tu respiración…Que extraño
late mi corazón ahora que te encuentras lejos, que silente este apéndice sin
saldo, cortado, inerte, tan frio como la muerte y con el sentimiento suspendido…pero
aquí sigo corazón, manteniendo los recuerdos vivos, aunque nada tenga el mismo
sabor ni el mismo color de cuando estabas conmigo…
Ya
se pueden apagar todas las estrellas y mi luna compañera, quedarse en menguante
para siempre, se acallaron las risas, los besos de mariposa y las tardes de
verano…adiós a los aniversarios, festividades de cupido y esos paseos a diario
soñando en nuevos destinos, porque todo se ha perdido en un tiempo, que sin tu
tiempo, pasó a ser un futuro encerrado en fotos viejas…
Poco
a poco me pierdo en el llanto del día cuando rompe la noche, abrazada al recuerdo
del olor de tu cuerpo que se marchó dejando vacía mi cama, como vacías y
solitarias quedan las calles al caerse las moribundas horas…y me
pierdo en el susurro del mar, evitando sentir lo que sus orillas sienten cuando
extrañan las olas sobre su arena...o borrando de mi mente la irritante
seguridad de la naturaleza, de saber que verá resurgir sus verdes al llegar la
primavera…
Así
me encuentro, entre la desidia y la esperanza, deseando que llegue el señor de
la noche y me cubra de sueños para buscarte afanosa en cada nota,…en este lugar
sin tiempo, donde puedo por horas encerrarme a conversar contigo y caer en un
imaginario abrazo, recordando lo que sentí aquella primera vez que pude verme
reflejada en tus ojos y que ahora, aunque no pueda verlos, puedo continuar
sintiendo que solo tú eras todo mi tiempo, el hombre que pudo darme el amor más
bonito, inmenso, alegre y tan maravilloso.