La vida es una eterna
bifurcación de caminos bajo las estrellas…algunos prefieren correr pero yo, simplemente
prefiero caminar al ritmo en que viajan por las acequias, los barquitos de
cerillas atravesados con semillas de los grandes ficus que crecen a ambos lados
de esta alameda…grandes, tan grandes que han levantado las pistas y veredas con
sus raíces mientras sus ramas forman el techo de una capilla Sixtina con sus
hojas de múltiples formas y tonos …Y como puedo extrañarte si en cada paso que elevo voy inventado historias
de una historia que solo es real para los dos?
Algunas veces, cuando nadie me ve, sueño que nos subimos a esos pequeños botes en vez de verlos huir con la corriente formada por la pendiente de la calle, disfrutando de la tarde para así perdemos por túneles cada vez que los riachuelos cruzan debajo de las pistas de las avenidas trasversales o también, debajo de las losas donde alguna vez reposaron los viejos bancos de madera y fierro y esos jarrones de barro que siempre me parecieron enormes y en realidad lo eran…y mientras escucho el estruendoso concierto del piar de miles de pajarillos que se esconden en las ramas al ponerse la tarde no puedo dejar de preguntarme ¿Si no te soñara de esta manera, dónde irían todos esos pajaritos? ¿En cuál historia formarían las ramas y sus hojas un techo similar al que yo me invento?....
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...