El inspector se sentó al frente del
escritorio. En el pasillo, dos policías sostenían cada uno de un brazo al
detenido que gritaba a todo gañote su inocencia, mientras era arrastrado por un
laberinto de escaleras, pasillos y celdas hasta un cuarto sin ventanas que olía
a sudor y orina.
Abrió una carpeta de la que extrajo
una fotografía que mostraba a un hombrecillo obeso con la garganta destrozada.
La colocó sobre la lista de personas solicitadas y repasó toda la evidencia que
incriminaba al Sr Lucio como asesino de un acaudalado comerciante y la desaparición
de su esposa. Tenía el arma encontrada a
un lado del cadáver con las huellas del implicado, el frasco de veneno que se
presumía había sido utilizado en la esposa y sobre todo, aquella carta encontrada en el bolsillo del detenido y que le proporcionaba al inspector el
motivo de crimen:
…Termino esta carta esperando no me odies por esta decisión, pero deseo
cumplir los sinceros votos prometidos en matrimonio y cuyo digno propósito es
amar a mi esposo de una manera espiritual y personal de servicio y vocación, por
el honorable apellido de la familia que representa. Espero que entiendas que es
mi voluntad y decisión suspender todo encuentro entre los dos...
Lo que no podía apartar de su vista
era aquel sobre con un fajo de dólares que el padre del occiso le había
entregado para capturar lo antes posible al asesino de su hijo. Sintió una especie
de falsa moral haber sucumbido al soborno en algo que creía su deber.
Se cercioro que la puerta estuviera cerrada
con llave y guardó toda la evidencia en un cajón, los dólares en su bolsillo y con
infinita parsimonia, sirvió dos tazas de café.
Alargó una silla hasta la mujer que, en
silencio y enfundada en un grueso abrigo, iba saliendo del cuarto contiguo, y quien
no era otra que la desaparecida esposa y autora intelectual del crimen. Ambos,
habían incriminado a un tonto que se había enamorado de ella.
Todo listo querido…El Itata nos espera…desde
hoy todo será maravilloso.
Mas relatos sobre los diferentes
collages en Neogeminis
Como relato, excelente. Sólo un pero, yo creo que se debería dejar claro que la mujer era la víctima, de malos tratos por parte del marido, o de vejaciones sexuales del conserje de la finca, en fin algo que la eximiera de responsabilidad porque eso que escribes podría malinterpretarse por parte de la sociedad, de nuestra bienaventurada y bienamada y bienintecionada sociedad.
ResponderEliminarBueno, que me estoy liando, no sé si me explico.
Besos.
La tipa no es víctima de nada... solo quería deshacerse de su obeso esposo y quedarse con el dinero y el amante....pero el destino se encargó de ellos...
EliminarBesitos
Excelente relato hilando con maestría todos los elementos. Has creado el clima, los personajes y las circunstancias de forma muy convincente. Muchas gracias por participar diva. Un abrazo
ResponderEliminarQué buen relato, Diva. Estos collages están inspirando magníficos textos.
ResponderEliminarTodo un thriller con sorpresivo final.
Un placer leerte.
Abrazo grande, y feliz noche 😘
Que bueno ..toda una mini -novela policiaca donde hasta hay crimen casi perfecto ..me gusto ..pero pobre el tonto que se cargo el muerto ..
ResponderEliminarUn abrazo guapa ..feliz noche.
Ya sabía yo que tú y yo teníamos más puntos en común que lo que decían nuestras palabras. Mismo cuadro, una trama detectivesca, intenciones, hechos, ... huy huy huy tendremos que conocernos. No has oído aquello de escribir a cuatro manos.... (o eso era lo de los pianistas????)
ResponderEliminarMe ha gustado. Gracias por tu generosidad al compartirlo. Un beso
Me recuerda a uno de los episodios de Lost, donde un complot terminan en tragedia, por la mutua desconfianza de los amantes.
ResponderEliminarEn tu caso, para celebrar tomaron un barco que los llevó a la muerte.
Que buena historia.
Besos.
Vaya con el inspector!
ResponderEliminarMuy bien narrado. En cuanto he iniciado la lectura, la intriga me ha enganchado. Felicidades.
Bss.
De ese relato se puede sacar una película ¿a qué esperas?
ResponderEliminarTanta gente inocente se verá incriminada por crímenes que no ha cometifdo, en este caso, un pobre de diablo culpable de un crimen que no ha cometido.
ResponderEliminarUn abrazo
Al final actua el azar o la casualidad. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarDice el dicho que a cada cerdo le llega su san Martín. Lo malo es que muchas veces pagan justos por pecadores.
ResponderEliminarLa place final de tu texto es lo que me hace argumentar esta última frase, pero en la placa también está el castigo de quien argucia el daño de otros y el castigo, a la larga, le viene dado.
Muy bien narrado, en serio. Y se va acumulando la tensión hasta el desenlace.
Un beso enorme.
Vaya, vaya... algo me olía hasta llegar al desenlace; este tipo de casos no son tan "simples" como pueden parecer al principio. Eso sí: el al final todos reciben el castigo que merecen.
ResponderEliminarMe gustó mucho, Diva.
¡Besos jueveros!
bello e inquietante. Los relatos de este estilo me gustan especialmente porque te ponen en contacto desde lo literario con los dolores d ela vida.
ResponderEliminarBesos
Y escarbando, siempre se esconde más de lo que a simple vista parece
ResponderEliminarBeso