La luna quiere guardar celosamente el brillo que advierte en los destellos del sol…no quiere que la noche acabe y se inmiscuye en sus habitaciones...sabe que no debe...que no es su hora pero ahí está...acosándolo...persiguiéndolo…no quiere que su noche acabe porque eso sería esperar una eternidad para volverlo a ver…
Y ahí está la noche que como guardiana levanta las cejas para expresar con expresión dubitativa su eterno dilema…sus pensamientos van por unos derroteros caminos que no son los que ella esperaba, porque al igual que la luna al sol, la noche para siempre seguirá enamorada del día, y también sabe que si por ella fuera, acabaría con los kilómetros de cables, de enchufes de bombillas, de farolas en las esquinas que hacen que la oscuridad, su mejor regalo de caricias al días, con el sol desaparezca.
Odia las luces de colores porque no puede entender que algo artificial tenga que estar por encima de sus sentimientos, ella, la noche, que jugaría con el día a los dardos lanzando estelas de luna, ella tan peripuesta y tan amorosa, tiene que soportar el largo camino de la llegada al atardecer.
El caso es que la noche llena de amor espera al travieso ególatra que es el atardecer para acariciar con sus brazos llenos de oscuridad compartida al día, y he aquí, que en un sin fin de lugares, se hace luz… luz que no es del día, si fuera así la noche estaría dispuesta a bailar con el día pero no!! no, esa luz es un insulto un engaño a la razón es luz artificial, es luz que niega lo que el amor esconde y revela, es luz inacabada fuera de lugar. Por eso la noche cada día sufre y busca a su amado en sitios alejados donde la artificialidad no pueda ser un freno al amor... un lugar donde el sol y la luna puedan tener una sola luz, un solo calor...un lugar para solamente ellos dos…siempre
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Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...