Una vida de perros...

Mi año no empieza con el pie derecho, pero tampoco había terminado de esa forma el que poco a poco se va alejando, así que lo considerare como mas de lo mismo y continuaré aceptando lo que me toca,  sin chistar…No se puede seguir toda la vida tratando de ir contra la corriente cuando es mucho mas fácil y divertido abrir los brazos y flotar, así, de esta manera, sin oponer resistencia, estarás listo para aceptar todo lo que te llega …..y de seguro te llegan mas cosas buenas de las que esperas…Hay que disfrutar de cada momento que vives y agradecer el que has vivido…donde sea y con quien sea…con tus seres queridos, familiares y amigos...en tus relaciones personales, con tu pareja especial y hasta con tus vecinos, ya que todos ellos te llenan de momentos imborrables…

Así me siento esta noche, divagando de nuevo y recordando a quien esta mañana fue motivo de preocupación por ser una parte importante de esos momentos imborrables…mi pequeña “Loky”,  este año estará arribando en septiembre a sus 14 años y pronto tendrá que partir…Cuantos momentos he compartido con esa pequeña perrita mezcla de Pekines, Cocker o quien sabe que cosa, desde el día que la conocí…

Hacía apenas un mes que había perdido a mi Nevado, un pequeño Boxer atigrado que mis hijos se antojaron de comprar en uno de nuestros viajes. Bastante que me negué al principio porque sabía que lo de ellos era un enamoramiento momentáneo y que luego la que iba a tener que darle de comer y recoger todos los desastres iba a ser yo….pero como dicen por ahí, mi carácter puede ser fuerte pero tengo un Si muy flojo y me saben conquistar rápido y bien.

Nevado fue un perrito que me hizo pasar lindos momentos. Se daba de una manera tan natural…y es que se hacía querer el condenado…Lo llevábamos a todas partes de paseo, incluso una vez en un paseo a la playa hubo de corretearlo por toda la casa para quitarle el pedazo de carne que íbamos a poner a la parrilla…era un pequeño diablillo que a pesar de tener sus vacunas un día contrajo un mal que ataca a los cachorros y no hubo antibióticos ni veterinario que pudiera ayudarle. Pasé días sin comer ni dormir, solo pensando en que no había cuidado lo suficiente al pequeño perrito..…hasta que al mes siguiente mi cuñada me dijo que su perra que era pekinesa estaba a punto de parir y que si quería podía escoger una de sus crías pero que fuera hembra porque los machos estaban vendidos..

Aunque no me sentía muy decidida por tener de nuevo otro perro me fui a ver los perritos. Ahí estaba la madre acostada para que los cachorros se alimentaran de su leche y lo único que se podía ver a simple vista era el rabo de un cachorro sobresalir en medio de los demás…era inquieta y succionaba indistintamente de uno u otro pecho apartando las otras crías. Su tamaño era quizás hasta mas del doble de los demás y su color la asemejaba a una pequeña vaquita...Fue amor a primera vista..no era igual a sus hermanos, no era pequinesa ni siquiera cocker como se pensaba era el padre y por ese motivo no podrían venderla…., no lo dude un instante…le pedí a mi cuñada que me regalara a esa loquita que no dejaba de dar tumbos tratando de caminar.

Loqui no ha sido una perra inteligente…jamás aprendió a dar la pata…tampoco traía las pelotas ni las varitas de vuelta…rompió todo lo que pudo de pequeña, pero eso si..a pesar de su pequeño tamaño, ha sido una fiel guardiana…siempre atenta a los ruidos y sobre todo una perra cazadora de cuanto bicho se acercara a la casa….claro que eso, antes….ahora ya esta vieja y le cuesta a veces escuchar, lo sé porque debo llamarla varias veces a comer.

Como siempre he pensado, y mas en estos momentos de mi vida, las cosas llegan porque así deben suceder...en el momento justo en que deben pasar…y sé que ahora “Manchitas” está siendo la compañía perfecta para ella...aunque a veces siento por su forma de gruñir que la regaña demasiado para que se calme y deje de estar persiguiéndola por todo el jardín…pero Manchita solo tiene pocos meses y le gusta jugar, meterse bajo sus piernas, jalar de su cola  e intenta…solo intenta, quitarle la comida a Loki, pero en cuestiones de comida los gruñidos de la vieja se rejuvenecen y la otra, joven y aún inexperta, no le queda de otra que apartarse.

Solo quien ha tenido un perro sabe lo extraordinario que es pasar una vida con ellos…lo bendecidos y afortunados de pasar el tiempo a su lado…y es que “un perro no desea autos lujosos, casas grandes, ni ropa de diseñador….dales una vara, una pelota de goma y se sentirá feliz….a el no le importa si eres rico o pobre, astuto o torpe, listo o tonto….tan solo dale tu corazón y él te dará el suyo. ¿De cuánta gente puedes decir eso? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir único, puro y especial? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?” (Tomado de Marley y yo)