Ayer hice las hallacas…!! Que alegría me da saber que Navidad es solo una vez al año. Que trabajo cuesta preparar este plato típico y cada año pienso lo mismo:" esta es la última vez que hago hallacas", pero a pesar de la flojera este año me propuse hacer de esta tarea algo que me resultara alegre en vez de pensar que era un trabajo de cocina mas. Yo se que muchas veces me dejo llevar por mi imaginación, pero creo que es una manera divertía de aligerar nuestro paso.
Empezamos lavando bien las hojas de plátano, de la misma manera como limpiamos nuestra casa y nuestra mente de sentimientos negativos, porque el resultado de nuestra hallaca depende del sabor que le proporciona esta hoja.
En un recipiente preparamos la masa que debe quedar entre salada y dulce, como el sabor de las lagrimas de alegría o de esperanza, pero no de aquellas lágrimas fingidas, esas que nos toca derramar en esta vida cuando llega nuestro primer hijo y no tenemos idea lo que nos espera, aunque luego venga el segundo y después el tercero, con lo dulce de los besos y de las caricias y con la contextura suave que le dará el aceite pintado de onoto al igual que la risa le da color a nuestra vida
Sobre las hojas con mucho cuidado iremos estirando la masa con los dedos, con la misma dulzura que empleamos cada mañana al cepillar el cabello a nuestros hijos, como cuando tratamos de aliviar una dolencia cuando se han lastimado o se han caído, seguimos hasta ver que quede bien extendida y cuando al final esté lista empezamos a colocar lo que va a llevar de relleno.
Guiso de carne hecho con todas las hierbas, pimentones rojos, cebollas y cebollines, aji dulce, cilantro y perejil, aromatizado con vino rojo. Esta es la parte mas importante del relleno que debe tener su punto exacto de sabor, como los trazos que vamos dibujando en la vida, unas veces delgado y otras veces mas gruesos, entre dulce y salado, de color agradable y un poco espeso.
Pasas, para darle ese toque a navidad, para recordar que es época de regalos, de amistad, de amor, de alegría, de reflexión, finalización y comienzo de nuevas metas
Alcaparras, porque no todo lo bello en esta vida es dulce y no todo lo feo es amargo,
Aceitunas y encurtidos, para darle ese toque acidito que le de picardía, como cuando usamos el talento y el ingenio para darle acidez y mordacidad a nuestra vida
Ruedas de cebolla y pimentón, para que al cortar cada rodaja de cebolla hagan soltar lágrimas que le den el último toque de amor a la masa
Luego hay que envolver todo con mucho cuidado, que no quede ni una hoja fuera de su sitio porque al final, lo que tenemos es un regalito muy especial con el que vamos a regalar en la mesa de nochebuena y también en Navidad.
Ahora solo queda por llevarlas a cocción, fuego que le de cuerpo, calor que le de amor, y asi poder presentarles a ustedes el resultado de mi labor…con mucho cariño....La señora Hallaca