Ella tiene
claroscuros, como una noche despejada alumbrada por la luna, que parece calmada
pero en su espacio corren vientos fuertes, ella es azul como un mar calmado en
la superficie pero la turbulencia no se aprecia a simple vista, como una fiera
que se muestra quieta e inexpresiva ante aquellos que la observan, conteniendo
en sus adentros esos gritos que se agolpan en su mente.
Sueña cada día
con caricias llenas de ternura, con amar y ser amada sin reservas, llena su
vida con sueños leídos mientras navega el ciberespacio y sus tazas de café,
inventando pequeños juegos que le consiguen brindar algunos ratos de sonrisas,
alentando anhelos que bien sabe jamás alcanzará, pero cuya respuesta encuentra
en el deleite de un calor, de un roce, de una sensación...
Quisiera poder
viajar libre a cualquier lugar pero se conforma con volar dentro de su pequeño
mundo de microchips creando cada día un sueño que no podrá alcanzar. Un día
decidió introducirse a la jaula con sus rejas bellamente adornadas, con
incrustaciones de promesas, intenciones, sabedora de que podría satisfacer las
necesidades del diario vivir, pero la misma jaula fue nublándose por dentro y
entre telarañas su puerta fue sepultada para ella.
Se pierde entre
la multitud porque no desea ser reconocida, no tiene mucho que ofrecer a esta
sociedad donde se encuentra, ni se siente parte de ella, quiere soltar amarras,
levar las anclas que la mantienen encallada en su rincón y salir volando, pero
el peso que arrastra es muy fuerte. Se odia a si misma por sentirse así, esta
cansada de luchar contra corriente, en el fondo, ella siente que si pudiera, si
tuviera una verdadera posibilidad de ser Ella, su complemento, desbordaría todo
el caudal de sensaciones que lleva dentro.
Su entorno solo
esta enmarcado en situaciones autómatas, desayunos, almuerzos, la casa, los
hijos, todo igual, siempre igual, con motivaciones insuficientes para colmar
sus esperanzas, tiempos pasados, tiempos perdidos, vida en decadencia, suele
ser una cascada de ideas que algunos días la atormentan, y la odia a Ella,
porque le restriega en la cara lo que le gustaría ser, se siente humillada,
vejada, y se esconde… cuando llega la noche cierra sus puertas y se esconde.
Ella es pasión,
fuego rojo en las venas, sangre que fluye sin motivo especial, derramando
lujuria por donde pasa, tormenta inagotable, indomable, insujetable a los
deberes, a las rutinas, infatigable, perversa en intenciones ante aquellos
temerosos de su encanto, liberada de los prejuicios que escucha como un rumorar
vago y lejano que disfruta al ignorar.
No tiene sueños
porque lo que quiere lo toma, no se pone a esperar las cosas, las arranca de
donde se encuentren, como frutas que sacian sus deseos. Concibe sus movimientos
como arrebatos, ostentando libremente sus poses, guiada por la voz de sus
instintos, a los cuales alimenta sin temor ni remordimientos por medio de sus
ardientes sentidos.
Su pasión no
tiene límites, devora lo que tiene a su paso, rompiendo todas las reglas; ella
no conoce de escrúpulos, sólo de pasión, de fervor, de intensidad en el placer,
desbordante fuego que consume a quien la toque.
No busca, la
buscan… porque se rinden a su sexo, como un animal en celo atrae las miradas y
ella complace para complacerse, desecha todo aquello que no sea capaz de bailar
la misma música frenética que palpita con su piel. Piel que lleva el olor al
sexo impregnado con mezcla de tabaco y alcohol, su mirada alborota la quietud
de cualquiera y por medio de ella domina cuanto quiere, no se conforma con
negativas, para ella todo se puede.
La odia a Ella,
por ser tan débil y gris, por no atreverse a soltar sus amarras y estar sumida
en un cuarto oscuro desde que llega el día hasta el anochecer, pero cuando la
noche esta bien pasada Ella se hace cargo de la situación....
La cara y la cruz de la misma moneda, cuando la rutina y la monotonía invaden una vida... o lo que es peor, cuando la vida deja de tener sentido y uno quiere, de nuevo, volver a sentir, como en sus mejores tiempos.
ResponderEliminarBesicos Muchos, STEMMA.