Antes de enlazar este relato, le
envio todo mi cariño y buenos deseos a Leonor, para la pronta recuperación de
su madre.
Este jueves el tema va de soledades,
una palabra que para muchos es sinónimo de tristeza, de angustia, de
sufrimiento…pero viéndolo desde mi punto de vista, nacimos solos y nos iremos
solos, entonces???..Más relatos sobre esto lo pueden encontrar en el blog de
Pepe, quien ha asumido la conducción de
este jueves en Desgranando Momentos
Chico listo…amo estos espacios
nocturnos únicos e irrepetibles, tan míos y tan tuyos… amo esta soledad que me
lleva más allá de mi misma a poner mi vida en armonía, a revivir cada puesta
de sol que atesoraron mis ojos, el rebotar de la brisa ululando las ramas hasta enredarse
en mis cabellos, cada pestañeo, cada guiño que asomó la luna antes de abrirse
en bocanada y fumarse mis sueños…
Porque aquí entre nos, la soledad no se
trata de ausencias sino de quedarse vacío de recuerdos…Cuanta gente no anda por
ahí presumiendo de una vida alegre y colorida y aun teniendo el mundo entero de
compañía, sufren de soledad, lanzando lastimeras quejas de amor perdido que en
vez de encontrar consuelo agotan su espíritu …¡es que ellos no saben en
realidad lo que es la soledad!...La soledad hay que vivirla, sentirla,
disfrutar esos momentos en que todo nuestro ser late, cada célula del cuerpo
vibra y se mueve en un silencio tan sonoro…
Y es que es justo en esa soledad donde siempre te
encuentro, como un murmullo casi sin sonido, como un suspiro
tenue y tímido que envuelve el aire hasta dejarme sin aliento y así mientras te
siento, me invento las mil y una formas de sobornar a las sombras, a llevarte mensajes
de besos que te impidan olvidar nuestros sueños.
Chico listo, que importa si los sueños no se
cumplieron, si el tiempo se ha marchado y nada ha cambiado este destino que
tuvimos…que importa si no supimos que se siente tener la piel sobre la piel, el
aliento traspasando nuestra garganta o los dedos crispados en un solo grito…nada
importa si en este largo recorrido no pudimos intersectar nuestros caminos, igual
al final seremos viejos y nuestros cuerpos volverán al lugar desde donde una
vez salimos y justo ahí, en esa inmensa soledad del infinito, estaremos juntos…