Todo comienzo empieza con un final…o no. Y es que este
final es el comienzo de mi vida sin colores rosas…Aún recuerdo tu voz en medio
de esos días grises, lluviosos, con las nubes negras detrás cubriéndolo
todo…recuerdo el momento en que tuve que decir adiós y dejar que volaras aun
sabiendo que mis días soleados estaban por terminar y que las nubes grises
inundarían mi mundo convirtiéndolo en un plan de escuchar canciones entre el
dolor y la nada…
Odio los días nublados, en esos que no puedo hablar
contigo, que no estas para ayudarme a afrontar los problemas y hasta creo que
extraño los días que me sacabas de quicio…que querías ser quien tuviera la
razón en todo…de haberlo sabido, te hubiera dejado ganar aun sabiéndote
errado…extraño esos días de peleas por el control y el que fueras tan
observador al decirme que ropa me quedaba mejor… y quisiera enfadarme, quisiera
enojarme, quisiera gritar y después reírme de nuevo, pero contigo…por eso no
entiendo, no entiendo como todo ahora parece un libro en blanco esperando
historias que contar…
Y por supuesto, sigo viviendo…aunque vivo pendiendo del
hilo de mis puntos suspensivos como si quisiera que nunca las cosas tuvieran
final…los dejo abiertos...en pausa, esperando que un día también me convierta
en nube y como si fuera un punto más, te siga a donde fuiste y poder volver a
comenzar sin importar cuál sea la siguiente historia…
Solo sé que hay instantes en el que pienso en tus ojos
que echo tanto de menos, en esos días en los que el tiempo no pasaba entre
nosotros…o no quería que pasara y prefería hablar y hablar de lo que fuera,
aunque a veces no estaba segura que lograbas escucharme desde esa nube cubierta de tramadol donde ya te encontrabas y que yo trataba de retener sin lograrlo
Y empiezo por el final, me asusta este comienzo, pero
trato de dejarme llevar, al igual que tú, todo es desconocido para mi en este
lugar de nubes negras en donde no pude retener la única nube blanca que le daba
color a mi vida...