Cada
vez que nombro al recontra conocido virus como “C-19”, me parece que me estoy refiriendo a un grupo militar o paramilitar, pero si al caso vamos, bien
podría tratarse de un grupo de exterminio como los que actuaron en Auschwitz, o
como la FAES en Venezuela o el sangriento Grupo Colina en Perú. Este virus no
hace discriminación de su blanco, llega silenciosamente, proyecta y actúa.
La
verdad es que vivimos actualmente en un campo de concentración en donde ya no
hay diferencias raciales, de edades, políticas ni religiosas. Es un nuevo orden
mundial, en donde salir de casa te convierte en presa fácil de este asesino,
que contrario a lo que se pensaba al principio, ya no mata impidiéndote respirar,
sino que va metiéndose en tu sangre creando un diminuto ejercito de émbolos que
se dirigen contracorriente hasta paralizar tu cerebro, primer indicador de que
algo está pasando, pero que si eres una persona mayor, los médicos lo atribuyen
a una consecuencia normal de la edad avanzada, hasta que es tarde y llegan las
complicaciones…
Las
trombosis, las infecciones, los órganos que fallan…todo es consecuencia de lo
mismo…estás siendo atacado por un despiadado asesino invisible y sufriendo
dolores que solamente podrán ser calmados por el milagroso poder de la morfina hasta
que tus signos vitales, sin poder evitarlo, desciendan al mínimo, tu
respiración sea poco perceptible y suene tu último latido…
La
parte más cruel de este C-19 es, que los que sufren por su causa son apartados
de sus familiares durante el proceso de recuperación o partida, pero en este
caso, nos queda el consuelo de haber estado con nuestra madre, día y noche,
cuidando de ella y diciéndole lo mucho que la queríamos y cuanto le agradecíamos, todo
lo que hizo por nosotras…Ella descansó por fin, este jueves 10 de septiembre
luego de varios meses de pelear con todas sus fuerzas, pero se fue luego de
escuchar, vía telefónica, el adiós de todos sus hermanos, familiares y amigos…no
la dejamos sola ni un minuto, nos encerramos con ella a cal y canto como ella nos pidió..
Todo
tiene que morir, es la verdad aunque nos guste pensar que siempre hay esperanzas, que
podemos superar la muerte. Siempre pensamos que podría salir de esto y seguir
como siempre, viajando y sonriendo…Pienso que todos tuvimos esa fantasía netamente
humana, de que las cosas podrían mejorar…no lo sé con certeza, pero si estoy
segura que hasta el final, mantuvimos esa esperanza…