Daltónica fui sin tu mirada, porque ahora que estás todo son pinceladas de caricias, pinceladas que colorean mis días, mis noches...daltónica fui tal vez porque siempre al despertar no estabas, y me encontraba en el rincón de un tono gris como el que usaste para obsequiarme una flor, gris como en la profundidad de la pared, como un cuadro colgado en el olvido...

Una flor de colores…tal vez no había entendido nunca el concepto de darle ese color diario a la vida, quizás nunca me había fijado, quizás nunca lo quise ver…tal vez se perdía con la luz de tus palabras y el sabor de tus ocurrencias, quizás no me quería dar cuenta lo que era pintarse de todos los colores, quizás nunca pude reflejar alguno, el violeta como mis ilusiones..el verde, como el tiempo que llevo entrelazando en cada sonido del teclado un tic-tac interminable de mensajes...

Pero hoy lanzaste pinceladas moradas que entrelazaron el rubio de tus cabellos y el rosa de mis miradas, morado..como el giro instantáneo de tus besos en mis besos... Y es que hoy fue de besos y de flores, de besos rojos, como el alma rota, ensangrentada de mis notas que te llamaron por mucho tiempo, rojas como las uñas que se aferraron a un sueño, suspiros rojos que a veces son verdes y a veces son rosas.

Pinceladas que trazaste despacito, calculador e inspirado, para trazarme a mano un regalo que pinto una brisa anaranjada que acarició mis mejillas cuando marchabas...hoy tendré sueños de colores