En los paseos que hago con Francisco, el dueño de la “Estancia del Búho”, para recolectar las pinturas y esculturas que tiene exhibidas en galerías y tiendas, me topo muchas veces con cosas interesantes.
Esta vez fue en “Barro de Color” el lugar en donde encontré antigüedades que no solo a mi me llamaron la atención, sino también a la chachita que no sabía lo que eran…Tocadiscos, Radios. Maquinas de escribir, teléfonos….algunos hasta con mas de 100 años
A mi siempre me han gustado las antigüedades (ya se que vas a pensar que porque soy vieja), pero mas que por su valor real o su apariencia física, lo hacen por la cantidad de recuerdos y anécdotas que deben guardar esos artefactos y como siempre por el motivo que me dan para soñar..
¿Cuántas parejas habrán sido enamoradas por las canciones que se escucharon en ese antiguo radio de bulbos y transistores? O las noticias que debe haber llevado para alegrar o entristecer a alguien ese teléfono de pared? Como sería la casa o la gente que la habitaba? Y mirando los objetos y fotografiándolos le iba contando historias a mi chachi en cuentos inventados en el momento
Así somos las abuelas…o mejor dicho, para eso somos…para perpetuar la magia y los sueños, al menos yo tuve una abuelita que me hacía escribir a los 6 años cuentos de brujas y princesas en donde las brujas eran las buenas…porque aunque la gente escriba y diga lo contrario, las brujas son buenas pero incomprendidas.
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Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...