Tantos años juntos compartiendo los buenos días en días buenos y malos, no tan malos, ni tan buenos... tantas aventuras y
desventuras de esas que trae la vida, pero jamás se abrieron sus labios para decirle
lo bien que se veía, si su cabello brillaba como una cascada cuando por los
hombros le caía o si su sonrisa pintada la hacían lucir mas joven y bonita…Ella solo
era necesaria, eso si, y él contaba con ella para hablarle de sus proyectos, de sus logros, para sentir
que lo apoyaba cada vez que comenzaba algo nuevo, para felicitarlo, para darle ánimos
cuando le fallaban las fuerzas, porque él se alimentaba de sus acciones y ella
solo esperaba que por un momento le hablara de sus emociones…pero nunca le dijo
nada.
Un día quiso que todo eso
cambiara… puso su cabello liso y vistió su piel con ropas ajustadas a ese cuerpo
de curvas desarrolladas durante largas horas de ejercicios por la mañana,
después de preparar el desayuno, planchar la ropa, hacer las camas…! y pensar
que nadie se daba cuenta de lo que ella hacía en la casa..! Salió a buscar lo
que le faltaba para su cena especial y sintió como todos volteaban a mirarla, todos querían estar
con ella pero ella solo quería que él la mirara de una manera diferente, no
tanto por su cuerpo, sino por todo lo que ella lo amó durante todos esos años…cuantos?
Once, doce, …mas?. Esa noche todo tenía que ser especial, la comida, la mesa, la
ropa ajustada y sensual..
El llegó como siempre y no dijo
nada..se sentó en la mesa con el periódico mientras esperaba que ella le
llevara su bebida y su habano antes de la cena. En la casa ni un murmullo se
escuchaba, ni los pasos suaves en la cocina, ni el sonido de las copas al
llenarse de licor, ni la puerta de la alacena donde guardaba, en una cajita de madera
bien cerrada. los habanos…nada..Busco a su mujer sin
encontrarla, por los cuartos, por la estancia, por la sala, mientras el reloj
al fondo de la casa comenzaba a mezclar y confundir sus latidos con el casi
imperceptible sonido del tic tac..
De pronto vio algo colocado de espaldas sobre
la puerta de entrada que no estaba cuando el llegó.. Era un cuadro que llevaba
una nota pegada:
“ No me vestía de azul para opacar el cielo ni me miraba al
espejo para estar segura de estar bella quería ofrecerte lo mejor de mi a
cambio de que me regalaras solo un beso….un te quiero, y para ti, simplemente
fui un adorno…un florero..lo siento pero me fui”
Lo triste de todo es, que hay mujeres que eligen ser así.
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