Y te espero cada noche
en la ventana
salpicada de gotas que
lloro por dentro,
tras el cristal no se
vislumbra casi nada
apenas algunos cuantos despojos
de una titilante noche en
pena
que a duras penas compite
con su brillo
con el boceto duro y
resignado
del monocromo recuerdo de
unos ojos
Vente…
a pender mi suelta y
sedienta boca
entre tus ávidos labios
procaces,
a convertir el fluir dentro
de mis venas
en petirrojos
inyectados de tu sangre…
miénteme, pero dime que
me quieres
que no quiero ya vivir
de esta manera
acaríciame la piel aún
sin rozarme
e insubordina la magia
que sin ti duerme
…pero vente,
a irrumpir esta áspera monotonía
que detiene nuestro
incesante vuelo
como cuando el tiempo
tenia alas
y se nos escapaba de
las manos,
como cuando inundábamos madrugadas
de relámpagos amordazados
y horizontes llenos de
sucesos
con noches aún mas
duras por venir…
Ven y desátame estos
miedos
que no hay mayor peligro
ni riesgo
que vivir en el
precipicio de esta locura
de noches de ausencia y
a oscuras
de toda una vida sin ti...
Esto no es una invocación, sino un llamamiento: ¡"vente"!
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