Tan segura como que las hojas secas
caen en otoño, así vuelan mis pensamientos uno a uno hacia ti en medio de esta
necesidad que tengo por verte y la enorme realidad que significa quererte…
Tan segura como que el frio no
existe sin la presencia del calor, así siento tu amor, aun cuando no se reflejen en mis ojos ni tu cara, ni tu sombra,
ni esa sonrisa que me seduce y enamora…
Tan segura como que el agua del río
toma su color de acuerdo a las caricias de las estaciones, así llegas y matizas mis emociones
que se deshielan al contacto íntimo de tu cálida sonrisa...
Tan segura como que solo se
encuentra solo quien no logra echar a volar a los vientos cada uno de sus
sentimientos, así te pertenezco en cuerpo entero porque me haces sentir libre
de ataduras...
Igual de segura estoy de saber que
existe tu amor, que no necesito sentarme frente a ti para decirte, que desde
el momento que te conocí supe que envejecerías a mi lado pero lejos de mi…
Sólo los seguros llegan a equivocarse, pero también acertar: Sin seguridad en sí mismo nunca se atreve nadie a cruzar el puente. Precioso.
ResponderEliminarUn beso.
Seguro???...jeje... La seguridad en uno mismo, siempre depende de los demás... o de cualquier fenómeno fuera de nosotros... que no es lo mismo que Siempre.
ResponderEliminarBesicos.