Al
final tenían razón los Mayas al decir que con el 2000 llegaría el fin del
mundo... al menos si del mundo que llegamos a conocer los llamados baby boomers
en una casa de por lo menos 5 hermanos, con 1 padre, 1 madre, tíos, primos y
abuelos, sin tener que especificar en tíos, tías, primos, primas etc. como se
exige ahora...
Como
madre y como abuela, siento mucho temor por el futuro que le espera a la nueva
generación que llegó a este mundo, no con un pan bajo el brazo como decía mi
mamá, sino con un Ipod o un Iphone y con menos palabras en su diccionario…y no
es por temor a lo sucedido con esta epidemia vivida en el 2020 y que aún pica y
se extiende, sino por el mayor virus de
todos y que está afectando nuestra realidad...uno invisible que está cambiando
todo lo que conocíamos como normal hasta ahora...
Este
bicho no ha llegado recién, ha estado colándose poco a poco hasta el punto que
ha comenzado a generar cambios en el ADN de todos los sectores de nuestra
sociedad y dónde los que quieren combatirlo utilizan remedios que a mi parecer, son peores que
la enfermedad...como la de querer permitir que los sacerdotes puedan casarse
para evitar sus "pequeñas debilidades" mientras los casados buscan el
divorcio para poder tener libertad ante sus infidelidades, porque hemos llegado
al punto en donde la vida del amor para toda la vida tiene una duración de 3
meses y el llegar a cumplir mas de 25 años de casados es considerado como una
estupidez...
Se
ha generado una sociedad donde a los padres les sobra tiempo para estar
conectados en sus celulares pero no tienen tiempo para educar en valores a sus hijos aunque procuren
llenarlos de cosas materiales...una época en donde se establecen relaciones
libres y abiertas entre las parejas heterosexuales y los homosexuales piden
derecho al matrimonio...mientras las mujeres se visten como hombres y los
jóvenes se pintan la cara, las uñas, el pelo y se hacen femeninos...
¿Cómo
se puede entender que un niño de 6 años pueda decidir con que padre irse a
vivir pero un joven de 15 no pueda hacerse cargo y ser juzgado por sus
actos?...O que en los hospitales no existan cupos para los pacientes por COVID
pero si para cambios de sexos o realizar un aborto?
¿De
qué manera inculcar valores cristianos atenta contra las libertades del
individuo pero escupir, orinar sobre los crucifijos o defecar en las Iglesias
es libertad de expresión….¿cómo se puede inculcar el amor en los hijos de hoy
en día cuando su vida desde la concepción vale menos que la aspiración por
medio de un tubo? ?
¿En
qué momento los ciudadanos simples permitimos las leyes que protegen a los
delincuentes del ataque de una víctima juzgada por exceso de legítima defensa
propia?... ¿En qué Constitución o Declaración de los Derechos aprobamos que los
políticos puedan cada vez mas robar impunemente, mientras el ciudadano de a pie
tenga que acatar callado y sin chistar, el cierre de sus negocios para proteger
el repunte de una epidemia que hará más ricos a los ricos y mas pobres a los
pobres?
Por
eso digo...tenían razón los Mayas, bienvenidos al 2021 el primer ensayo del fin
de los tiempos...
En este día especial para mí, solo puedo decir que sigue interesando vivir.
ResponderEliminar¡A pesar de todo!.
Besos.
Estamos afectados por la misma dolencia, por una misma duda hacia futuro que viene más o menos desde el cambio de milenio, donde todo valor se relativiza.
ResponderEliminarUn abrazo.
A pesar que los tiempos están cambiando la vida sigue teniendo un valor incalculable. Ante todo el respeto por el ser humano. Esta pandemia nos afectará sin duda alguna a un modo de vivir en sociedad, pero siempre el que tenga unos valores integrados en su ser los seguirá teniendo. Un abrazo Diva y cuidate mucho. Feliz 2021.
ResponderEliminarTres meses pueden ser toda una vida, para una relación amorosa. Algunos valores deben de ser cuestionados.
ResponderEliminarTambién reconozco valentía en algunos de tus planteos, no están bien vistos. Y creo que hay que escuchar más de un punto de vista.
Un abrazo, Diva.
Reflexión muy oportuna, y con la que, en general, coincido. Nuestra juventud nada tiene que ver con la de los jóvenes de ahora. Los valores se han discutido, los principios se han cambiado. No creo que para bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Una mirada muy escéptica que, intuyo viene siendo provocada por algo de gran impacto. Espero pronto se suavice y las cosas se vayan acomodando al punto de ser aceptados los cambios sin que se te pierda la esperanza. Un abrazo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar