Quizás nadie que lea esto pueda entender el porque se me dio esta noche por contar este pequeño recorrido. Soy segunda hija de un hogar establecido bajo las normas que la sociedad imponía por allá por los…por allá lejos…lejos como España (así dice mi nieta) y tercera por un pequeño “desliz” ocurrido a mi padre antes del matrimonio y que siempre fue para nosotros nuestra hermana mayor. Compartía el hogar con mis 6 hermanos y siempre se me permitió ser una niña o una adolescente con todos sus privilegios a pesar de contar con un temperamento difícil de gobernar. No es que fuera caprichosa, ni que exigiera cosas que no me pudieran comprar, era mi curiosidad la causante de llevarme siempre por el camino mas fácil derecho a los problemas.
De pequeña recuerdo mis juegos con tazas de té,mis cocinitas y ollas de aluminio, los “lego” de la época que eran unos trozos de madera de diferentes figuras geométricas con los cuales se armaban casas de diferentes formas…Ya mas grande, la primera Barbie el día de mi Primera Comunión, mi bicicleta, mi primer reloj de pulsera a los 10 años…mis viajes peleando por la ventana, mi revolcada de ola en la Herradura, el conejo traído de un viaje de polizón en una maleta, mi vida estilo Tom Sawyer…, mis escapadas a buscar pescados a la quebrada o recoger fresas en la subida de las Casuarinas, mis amigos de la cuadra, las tardes en la plaza…de aquel Perú que dejé atrás..
Pero la niñez pasa tan rápido y todos esos recuerdos y aventuras vividos en ciudades de cuento se fueron quedando rezagados y pronto llegó la adolescencia…y ahí estaba yo, creciendo a un ritmo acelerado, tanto en estatura como en edad…una larguirucha con gusto a la velocidad desde los 12 años, disfrutando como el resto de los jóvenes del campamento donde vivíamos de tener una moto para ir y venir a nuestro antojo. Pero uno siempre quiere mas…Y el lugar privado se me hacía tan pequeño…Era muy lindo, era completo, un lugar en donde lo teníamos todo...playa, lanchas, cines, club, piscinas, juegos...pero con un defecto…no podíamos salir de ahí sin alguien mayor y a mi parecer todo era igual a una cárcel de lujo ( y como recuerdo ahora con nostalgia a Pertigalete). Poco a poco las motos fueron adquiriendo mayor cilindraje y ya a mis 14 años mi curiosidad se dirigió a los automóviles hasta llevarme a escondidas los autos de mi casa…lógicamente terminé siendo descubierta y castigada…
Luego vinieron mis años de bachillerato. Esa etapa fue demasiado tranquila..Mi preocupación principal era competir para salir entre los primeros de la clase y así tener muchísimas mas oportunidades para entrar en una de las mejores universidades en la capital del país, la cual exigía un examen de admisión muy riguroso para poder obtener el cupo. Pero no contaba con la peor de todas las pruebas…el examen lo pasé…el cupo lo obtuve…pero me enamoré y me quede en mi ciudad y cambié la Arquitectura por la Ingeniería Civil…
Edades..de los 18 a los 22…un capitulo sellado en mi cabeza y creo que solo yo recuerdo…
Poco después, me casé y empecé una familia propia. Con mi nueva familia, heredé todas sus cargas...Como todas las madres fui una madre en periodo de ensayo, alguien que estaba tratando de criar a dos niños tomando como referencia lo que había oído de los demás y lo que había vivido en la mía. No fue del todo malo…no fue del todo bueno…o como dice Revolver…No diré que fue un infierno..pero tampoco fue tierno… Para cuando mi tercer hijo nació yo estaba separada definitivamente de mi marido y había sufrido la perdida del hombre que mas había marcado mi vida con su cariño…mi padre.
.
.
Llegan los 90, un poco de calma después de la tormenta. Trabajos, logros y una nueva posibilidad de rehacer mi vida. Por segunda vez dejaba la casa de mi familia para empezar otra nueva aventura que aun hoy en día continúa y se extiende con la presencia de una nieta que ha hecho de esta familia un hogar cada día mas unido…con sus risas, con sus inventos y cada cuento que me hace recordar a mi abuela cuando me decía con su cariñosa voz…”Lali…tú serás una escritora de cuentos”…y yo me dedicaba a pintar brujas y castillos sobre un papel al igual como Adrianna pinta ahora dragones y princesas.
Quizás hay mundos mejores, mas divertidos…quizás hay hogares mas grandes que este mundo mío…pero éste es el mío y cada vez que miro mis hijos creciendo y tomando su propio rumbo, cada vez que miro mi nieta a mi lado para disfrutar de su niñez con la mia, me doy cuenta que no nací por gusto, que si vine a este mundo es para tenerlos a ellos, para abrazarlos y para descubrir lo hermosa que es la vida....
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...