31/7/10

Desde el balcón..


Ella era una señora con sus cuantos años encima que siempre iba vestida con sencillez, seria, de perfil sereno, pero con carácter y firmeza remarcado en la línea de sus labios, con el cabello negro y algunas canas, recogido en lo alto de su cabeza como toda una señora de su edad pero, si tuviera que describir como era su mirada diría que eso era otra cosa…

Por fuera en nada se parecía a esa niña de ocho años, muy robusta, con el cabello largo, que una vez hace ya mucho tiempo me enseñó por una fotografía. Llevaba uniforme de escuela, con zapatos blancos con la punta negra y medias tobilleras. Me dijo que era nerviosa y excesivamente tímida, nunca miraba de frente y parecía esquivar todas las miradas que a su paso provocaba. Siempre agarrada de su falda como para darse cuenta que estaba siendo parte de alguna escena que la llevaría al final a formar parte de un mundo diferente al suyo, tan escaso de privacidad y tan lleno de necesidades…

Ella tan solo era una obrera mas en un infame taller de costura donde sus dedos que algunas veces soñaron con estar sobre la mano de alguna manicurista se envolvían en retazos para cubrir sus heridas sin importar si sendas lágrimas escapaban de sus ojos. Media hora justa para comer, media hora justa para pensar y sentarse pausadamente, sacar un cigarrillo de la cajetilla, encenderlo, colocar el fósforo en el cenicero, y con un brazo encima de su cintura comenzaba su humareda silenciosa….con esos ojos suyos siempre ausentes, que parecían flotar en espacios desconocidos e insondables pero no para ella que siempre parecía tener una imagen mental...nostálgica

Siempre el mismo ritual, siempre la misma escena, pero al sonar el pito de la fábrica su cara se transformaba y su mirada adquiría un especial brillo. Sus mejillas pálidas se ruborizaban y su apariencia parecía mas la de alguien que acudiría a una cita mientras el murmullo de las demás obreras se dejaba escuchar en el aire en tono de cuchicheos…Ay, si esas viejas hubieran sabido, pero nunca nadie pudo ni siquiera acercarse a saber cual era la verdad, nadie sabrá nunca cual era el motivo por el cual ella cambiaba de actitud al llegar la noche y desaparecer hasta el día siguiente…nadie, solo yo.

Todo estaba aquí en su diario azul…su diario de los veinte años, aquel librito azul cerrado con llave, y que olía a perfume de flores y que llegó a mi junto con una carta, esa última carta que dejó sobre su mesita de noche un día antes de partir. Muchos dicen que murió durmiendo y que nunca se enteró pero yo prefiero pensar que ella fue a buscar el sueño que siempre tuvo para no regresar jamás.

Querida Ana, así empezaba la carta…
“… no tengo familia, ni hijos a quien dejarles nada que tenga valor. La vida se llevó un día el único hombre que ame y con el que hubiera podido formar un hogar, pero no estoy triste por eso ya que con el tiempo lo encontré de nuevo y cada noche cuando el silencio se hace cargo de este lugar yo me deslizo bajo mis sábanas para ir a su encuentro.

Nada mas cerrar los ojos lo miró bajarse del carro y pagarle al chofer, así, con su paquetico de libros entre sus manos, con la camisa medio abotonada, sin chaqueta, flaco, con la barba a medio salir, pero con ese brillo en los ojos que lo iluminaban todo mientras yo me quedaba paradita en el balcón…luego pasábamos al salón donde cogía un libro de poemas y se ponía a leerlos en voz alta, o a mirar por la ventana los barcos que atravesaban un hermoso lago mientras la música nos hacía mover a su son…eso cada noche, sin faltar cada noche desde aquella tarde que aquel borracho atravesó a gran velocidad la avenida mientras el se bajaba del coche y le pagaba al chofer y su paquete de libros volaba por el aire junto a su cuerpo desgarbado mientras miraba desde ese balcón que nunca mas se abrió…

…Esta noche el me prometió que será la última vez que se separa de mi y yo le he creído, por eso, por no tener a nadie a quien dejarle lo poco que tengo te escribo por que tú querida Ana fuiste la única amiga que tuve estos años. No tengo nada de valor pero te dejo este diario y unas cositas mas con las que quizás te des cuenta que el amor es lo único que tiene valor en este mundo, sin importar si se tiene al lado al hombre que se ama. Que tengas una vida feliz y no te olvides de soñar”

Ahora me pregunto cómo pudo combinar ambas cosas, cómo construyó ese mundo de sombras dentro de sus sueños, con trajes de delicado encaje, de paisajes hermosos y a la vez...seguir con todo esto. Ahora entiendo que ella me dejó un legado de su desdoblamiento, esa doble mirada al mundo que nunca palpé antes. He leído sus apuntes de paseos cada noche, las cosas de su vida pasada y la actual relación con la gente…de los que habitan sus sueños, he visto sus caras...todo escrito con  los detalles que hicieron de esa mujer alguien muy especial

Me levanté, olvidando la razón por la que me encontraba en ese lugar, y salí aceleradamente al balcón azul, necesitaba respirar el sol, volver a la realidad de mi presente…pensar en mi vida…pensar en él...
 

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Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...