La boca siempre será la cárcel de un enigma,
también la muerte es un enigma y una cárcel,
pero ella, tu boca,
bajo su oscuro manto cobija celosa,
como inmerso en versos de Baudelaire,
el inmoral goce de unos besos que matan
y por los que mi boca enferma de pasión
sin pudor implora
Dios en su misericordia me habla
y dice:
-Te he dado el pan, la miel y la sal,
para que nunca padezcas de hambre
y siempre recuerdes
mi nombre con agradecimiento...
He vaciado tu corazón de vicios,
para que puedas ir por el mundo
por el buen camino y la recta senda,
y, sin embargo,
veo que tu corazón está hueco como una campana,
y que lloras bajo las estrellas, en solitario,
lejos de los hombres de bien
y al lado de los chacales.
Y yo, en total desconsuelo le contesto:
-Todo lo que dices es cierto, mi Señor…
agradezco tus tesoros y venero tu nombre,
mas tú sabes que la única riqueza
que ansío en esta promiscua tierra de pecado
no es poseer su cuerpo,
ni oscurecer con mis sombras su alma,
tan solo quiero por un momento
antes que la brisa disipe la ilusión
de esto que llaman vida,
poder quedarme dormida
probando la miel de sus labios...
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Para los que solo fui sombra..para aquellos que deje huella...escribiré siempre que pueda todo lo que mis divagaciones me hagan sentir...