CUANDO MUERA QUIERO QUE PONGAN CANCIONES DE SABINA... |
No
se puede afirmar
que
me engañaba cuando me mentía.
se
llamaba Osadía
y
desde el primer día
tuvo
la cobardía de avisar.
Quien
tiene siete vidas
y
dos ojos de gata callejera
no
se va con cualquiera.
De
su noche se espera
un
broche de promesas incumplidas.
Mejor
no equivocarse
no
me pidas jamás lo que no doy
ya
sabes cómo soy y si quieres me voy
dijo
cuando acabo de desnudarse.
Ya
ves
llegar
a fin de mes
no
era con ella asunto de dinero
se
trataba más bien de merecer
un
tren de pasajeros,
el
tsunami de un mar hecho mujer
dispuesto
en cada ola a renacer.
Se
llamaba Herejía
cómo
voy a saber
si
me engañaba cuando me mentía.
Maestra
en confundir
al
diablo y al rey de los altares,
me
citaba en los bares
con
fuegos malabares
y
luego se olvidaba de acudir.
La
mañana y la tarde,
qué
vaivén entre alarde y agonía,
todo
lo confundía
su
swing, porque sabía
mirar
como un crepúsculo que arde.
Callada
por respuesta
cuando
jugué al dolor de corazón.
Su
boca era un buzón de voz sin
compasión
dormido
hasta la hora de la siesta.
Ya
ves,
llegar
a fin de mes
no
era con ella asunto de intendencia.
se
trataba más bien de comprender
la
pura impertinencia
del
sol cuando se cansa de asombrar,
del
mostrador a la hora de cerrar.
Se
llamaba ironía
y
no puedo jurar
que
me engañaba cuando me mentía.
Ya
ves,
llegar
a fin de mes
no
era firmar un parte de sucesos,
se
trataba más bien de envejecer
huérfano
de sus besos
con
fantasmas que aprenden a
crecer,
abrazos
que se mueren por volver,
Se
llamaba utopía,
me
gusta imaginar
que
me engañó cuando se despedía.
que
me engañó cuando se despedía...
Me ha encantado, porque además de bello es real lo que escribes.
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