A
las 13:59 horas del día viernes 8 de julio, el puesto de emergencias de la
localidad recibió el aviso por parte de las autoridades marítimas, sobre una embarcación
que habría naufragado frente al rompeolas muriendo sus dos tripulantes.
Inmediatamente una ambulancia se acercó al lugar igual que la policía que llegó
para poder esclarecer los hechos.
Nada
en el cielo podía esclarecer el porque del naufragio..el azul brillante que
soportaba un radiante sol, no asomaba nube alguna y mucho menos negra...el mar
se encontraba tan sereno que si una embarcación se pudiera atar con un cabello
a puerto, éste no se rompería…entonces? ¿Porqué encalló la nave en el rompeolas?
¿ Qué sucedió en ese viaje para terminar de ese modo?
Hace
tan solo unas cuantas horas era distinta la escena…un cd asomaba las letras de
canciones tan bellas como un cielo cubierto de gaviotas…pero cuántas veces las
palabras se agitan en la boca del cantor como una tormenta, como buscando ser
cómplice del silencio, de una ausencia…y cuantas veces el mar se convierte en
un estado de ánimo, un invento, una metáfora que toma cuerpo y que en vez de
arrullarnos dulcemente con el sonido de sus olas nos sacude y lanza como desperdicios…
Las
palabras son así, disimulan mucho, no son solo canciones…expresan
sentimientos....se van juntando unas con otras como si no supieran donde
quieren ir, y, de pronto, por culpa de dos o tres, atormentan hasta la
conmoción ascendiendo irresistiblemente a la superficie de la piel y de los
ojos, rompiendo la compostura de los sentimientos y creando la tormenta que
destruye todo y estrella el amor sobre el rompeolas dejando sabor a borrasca….
Y
comenzaron las averiguaciones para saber de donde provenía la embarcación, pero
eso ya no tenía importancia…este había sido otro viaje equivocado …
Jueves
de relato en el mar con LEONOR….y con historias que estoy segura tendrán un mejor final…
Una metáfora convertida en una peligrosa realidad. Buena idea.
ResponderEliminarTiene sentido el desenlace.
Un abrazo.
Sabía del poder inconmensurable de las palabras, aunque no imaginaba que podrían alcanzar ese poder catastrófico de semejante tormenta, esa que hizo naufragar a esas pobres almas... Intenso relato, un abrazo
ResponderEliminarEs mucho el poder de las palabras. Pueden matar incluso. Has relatado de forma metafórica la realidad de la vida. Hay finales que solo pueden acabar contra un rompeolas.
ResponderEliminarGracias por participar.
Un beso.
Quizás, esas palabras hicieron más mal que aquel accidente, que fue inevitable ante tanto daño sufrido.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un abrazo
He siempre creído en la fuerza, en el poder, para bien y para mal, que tienen las palabras.
ResponderEliminarUn relato muy significativo, me encantó!!
Un beso.
Hacemos tantos viajes equivocados a lo largo de nuestra vida...
ResponderEliminarUn viaje equivocado, unas palabras que son capaces de provocar un naufragio y hasta la muerte...Muy bien narrado, besos.
ResponderEliminarUn viaje equivocado, unas palabras que son capaces de provocar un naufragio y hasta la muerte...Muy bien narrado, besos.
ResponderEliminarUna palabra tiene el misterio de lo bueno y de lo malo... No invocan, nos llevan, nos elevan... Y, a veces, nos estrellan.
ResponderEliminar¡Cómo me gusta lo que escribes, ese juego de palabras, de metáforas...!
Un besazo, guapa.
Las palabras ahogan a veces. Tanta belleza en tu relato para describir un viaje a ninguna parte. Me encanta la foto que pusiste.
ResponderEliminarBesos