El Sr Juez,,

Soy inocente, Señor Juez, se lo aseguro

y es mi voz la que abandera mi alegato,

manifiesto con determinada decisión

que no fui yo culpable de lo provocado..

fue quizás la parsimoniosa situación

precursora de lo que ahora le relato

Cándida y temerosa me encontraba

rodeada de seres muy hambrientos

que añoraban clavarme con sus garras

en la intimidad de mis sagrados aposentos,

o tenderme sobre la hierba mas amarga

y escudriñar fuertemente mis adentros

Mas de pronto de la mano del viento

vino a salvarme un hermoso caballero

que con su enorme valentía fue sacando

los demonios abrazados a mi cuerpo

que al quedar desnudo, maltratado y expuesto

su lanza destruyó mi inocencia en un momento

Y en los mas alejados rincones de su feudo

dejó esta flor con sus pétalos tirados

y ahora viene suplicante a que le mire,

Señor Juez… cuantas noches he deseado

preferir morir por fieras ultrajada

que morir de amor entre sus manos.

Sr Juez…como puede creerle a una mujer

que va exhibiendo sus carnes por los caminos

provocando a los verracos campesinos

que por desgracia en sus casas les espera

una mujer cansada y por demás fea

por estar cuidando todo el día de los niños?

Yo no la quise salvar a ella...Dios ni lo quiera,

evité que a mis siervos sus mujeres los mataran

por andar con esta golfa cortesana

que se va por centavos a la primera

y luego proclama su” inocencia”, entre comillas

Sr Juez..esta bruja es una cualquiera!!!

El Juez, que no era un santo varón

no dejaba de mirar a la mujer indeciso

no podía entender como ese cuerpecito

podía provocar tanto placer

y después de cavilar por unos momentos dijo

Ostias!! Ya se lo que vamos a hacer!

Hasta ahora solo hay un cuerpo del delito

que solo usted caballero ha conocido

por eso es menester que su señoría entienda

que para mañana cuando el sol aparezca

le tendré a bien dar a conocer mi veredicto

pero esta noche…esta mujer se va conmigo!!!