Anoche
ayudamos a Bety a preparar parte de lo que tenía que llevar para su exposición
en la Universidad. Mientras mi hija estudiaba Adri y yo le ayudamos a decorar
los platos donde van a poner las diferentes comidas a modo de bocadillos. Como
me divierten esos raticos con mi nieta…se siente tan grande esa pichurra de 6
años cuando le pido ayuda para colocar el pegamento en los platos de anime y
mientras lo hace le voy contando cosas..
- A esta hora, yo a tu edad ya estaba en la cama
(pasaban las 10 pm)
Y fue
así como comencé a contarle de como era la vida en mi casa paterna a su edad
Antes
de las 8 de la noche ya mi mamá nos había mandado a la cama. Éramos 6 hermanos,
la mayor de todas, dormía en su cuarto sola, Miguelito por ser varón tenía su
cuarto aparte también y las otras 4 restantes, dormíamos en un solo cuarto en
literas.
Le
contaba que al principio la televisión no era como ahora. A las 4 empezaba la
programación en el único canal que había donde vivíamos y que de paso. Los dibujos
animados llegaban en inglés, y a las 7 ya los niños no podíamos verla. Le dije
No
teníamos cable para ver películas, ni computadoras, ni playstation, ni
celulares….pero imaginación mucha para jugar con muñecas, o hacerle los
vestidos,..creábamos de todo lo que se nos ocurriera..
Lo
que me hizo reír fue su inocente respuesta …
- Abuela,
pero si te aburrías hubieras puesto el DVD con un cd
Le
conté que nada de eso existía, que éramos niños sin tecnologías, que incluso,
le dije algo que la asombró mucho, incluso la tv era en blanco y negro…que jugábamos
todo el día en un jardín grande, porque eso si teníamos, Una casa que siempre
tenía jardín donde podíamos correr, jugar, bañarnos en manguera, treparnos a
los arboles, comer granadillas…
Recordé
tantas cosas que hace tiempo había archivado en mi memoria…De cómo el lechero
llegaba temprano por la mañana trayendo botellas de leche natural y
achocolatada…del señor que pasaba en su bicicleta llevando pan, quesos y otras
cosas, hasta del pintoresco ropavejero cambiando ropa vieja por juguetes y que
mas de una vez mi papá perdió una camisa o un pantalón en esas transacciones…
Ah!
Y le hablé de los cines, de esas excursiones al mágico mundo del cine…que antes
un cine era algo impresionante, con palcos preferenciales, con intermedios para
descansar las piernas, con butacas numeradas y una cortina enorme que se abría
cuando iba a empezar la función…
Creo
que estoy empezando a pasar mi información a su disco duro para que así pueda
guardar parte de mis recuerdos y algún día cuando esté sentada con sus hijos o
con sus nietos haciendo platos decorativos se recuerde de mi…
Que bonito es contarle a tus nietos las batallitas de nuestros tiempos, verdad?.
ResponderEliminarTu nieta es una preciosidad, que disfrutes de ella.
Besos
Siempre estupendas las cosas que nos dejas.
ResponderEliminarSaludos y buenas tardes de sábado.
Mirella... a veces quiero comentarte, pero me pierdo y no encuentro donde pinchar, jejeje...
ResponderEliminarEse momento como el que describes, son los trocitos de felicidad que no solemos reconocer, porque esperamos eventos descomunales... ese pedacito de espacio-tiempo, es lo que hace que la vida valga la pena. Y tú lo haces =)
Te abrazo.
Hola Mirella:
ResponderEliminarQue alegría que hayas pasado por aquí y "Vecina" se sintió cercanía, que bien.
Valioso comentario me dejaste, y hoy vuelvo a ver tu blog, y definitivamente ¡hermosísimo!
Va ha ser muy agradable, seguirnos comunicando.
UIn abrazo
Eran otros tiempos, irreductiblemente, otros tiempos. Un beso a tu nieta.
ResponderEliminarAbrazos.
Si es verdad eso de que nos convertimos en lo que pensamos... me pregunto qué será de nuestros hijos y nietos que pasan gran parte de su vida pegados al televisor...
ResponderEliminarBonitos y sanos recuerdos.
Un abrazo desde el ocaso.
No es fácil que ellos comprendan que nacimos en la época del papel y la tinta, que más tarde vendría la calculadora, los microsurcos, la televisión, los inalámbricos, los ordenadores...
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