Reverencia

“Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar…”

(Antonio Machado)

 Siempre por las tardes se le ve llegar con toda la vida y el cansancio a cuestas, permaneciendo erguido aunque a los ojos de los demás, encorvado parezca…pero sigue erguido, con la mirada de frente y aunque las facciones son severas y hasta por momentos pareciera de piedra se le puede escuchar alzar la voz y responder al que se le enfrenta

“No me llamen anciano porque me observen andar, pararme o sentarme con la cabeza inclinada hacia abajo y la mirada clavada en el suelo. ¿Por qué? ¿Acaso creen que es por enfermedad o por vejez que me encorvo? Puede que crean que tengo artritis o alguna otra condicione que me hale hacia abajo…y porque no? Pueden hasta pensar que es por desaliento, por soledad, o la acumulación, a través de los años, de sinsabores, decepciones, fracasos reales o apercibidos como reales, o quizás crean que es por el acercamiento inexorable de la muerte...

Pero no es esa la verdad….Es mi reverencia al máximo posible, tanto física como mental, emocional y espiritualmente, al camino… ese que me ha acompañado en mi larga travesía, durante mis cuatro estaciones llenándome de recuerdos al azar donde unas veces perdí y otras llegué a ganar, muchas etapas vividas con alegría y otras con dolor, silencio y distancia, una vida llena de sueños de los cuales algunas veces desperté en medio de un puente por cruzar con empeño aunque no pudiera encontrar lo que buscaba, amaneciendo cada día con una meta, llevando en cada mano la herramienta para romper cualquier piedra que se encontrara en mi camino, siempre buscando la verdad,…y aunque aún no la he encontrado sigo buscando pero ahora voy despacio, mirando bien mis huellas y alzando los ojos hacia el horizonte solamente para esperar ver llegar ese nuevo mundo venidero y esa vida perfecta, continuamente renovada en la fuente de mi inmortalidad”