Corren los años 40, el mundo se
agita entre una guerra mundial que ya va dejando muchos muertos en cada uno de
los países involucrados…Muchas historias de amor se tejieron desde entonces
entre las mujeres y hombres que participaron en esa contienda, oficiales y
enfermeras, coterráneos y aliados o enemigos, pero esta historia es algo
diferente.
A mi me la contaron y no se
realmente si es cierta o no, pero no pude menos que escucharla atentamente como
cualquier historia de amor en tiempos de cólera…Empezó justo con el desembarco
de Normandía, el 6 de Junio de 1944, cuando los aliados liberaron París y entre
los que llegaron se encontraba un oficial del ejército americano perteneciente
a una compañía a la que llamaban Monuments Men, porque su misión era
salvaguardar los monumentos y las obras de arte de los países que estaban por
ser liberados ya que los nazis habían ejercido un expolio sistemático de las
obras de arte así como evitar que los
mismos soldados aliados cometieran atropellos contra ellas, mas sobre todo su
principal misión era investigar el paradero de las obras de arte robadas por
los nazis durante esos años de guerra.
Por otro lado, durante la guerra,
una muchacha francesa experta en arte trabajaba en un anexo del museo de Louvre
donde los nazis almacenaban la mayoría de las obras que mayormente habían
robado a los judíos. Ella no era una traidora, ya que durante los 4 años de
ocupación alemana trabajo con ellos para recabar información que luego
transmitía a la resistencia francesa que luchaba por la liberación de su pueblo
pero aparte de eso también la movía su amor por el arte….Los nazis muchas veces
dudaron de su lealtad y a punto estuvieron de ejecutarla pero al final logro
con astucia convertirse en una pieza clave para ellos ya que conocía el
inventario de todo lo que existía. Por eso, al final realmente ella había sido
una especie de heroína…
Agosto de 1944..es aquí donde se
sitúa el tiempo de nuestro relato. Al llegar el Capitán de la compañía a París,
lugar que conocía de por si muy bien porque muchas veces antes de la guerra
había estado relacionado con los museos, de inmediato se pone en contacto con
el director de los museos franceses y entre el director del Louvre y él, se genera una relación de camaradería
Mientras tanto, la francesita que
había trabajado con los alemanes no lo pasó bien en un principio ya que fue
confundida con aliada de los nazis al negarse a que profanaran el anexo del
museo de Louvre donde se guardaban todos los tesoros robados. Los franceses la
tomaron como una pronazi, por una traidora, pero el actual director del museo
que también trabajaba con la resistencia demostró que ella trabajaba en secreto
para ellos con la misión de salvaguardar lo que pudiera de los tesoros
nacionales y le pidió como un favor personal que siguiera trabajando como su
mano derecha en el museo para de esta manera impedir que se pudiera profanar el
lugar.
Un día fue inevitable el cruce de
miradas, o como dirían los poetas, la conjugación de planetas no se hizo
esperar. Los dos personajes de esta historia se encontraron por primera vez
frente a frente, y aunque una corriente eléctrica sacudió sus cuerpos al
saberse nada indiferentes, los modos un tanto autoritarios del capitán
americano no intimidaron a la señorita parisina que le impedía el paso hacia el
recinto de recuperación aún a sabiendas de que éste le mostraba la
documentación que lo acreditaba con toda la autoridad para entrar.
-
Lo siento Capitán…usted bien puede mandar en sus hombres pero yo aquí
soy responsable de este lugar y sin hacer mis investigaciones nadie puede
entrar aquí ni con la bendición del Santo Papa.
Esto era algo que no se esperaba el
oficial americano y haciendo un gesto de disgusto, mientras hacía un ademán de
despedida murmuró en inglés palabras que pensó la “petit mademoiselle” no
entendería…
- Capitán, antes que siga le puedo
contestar en 7 idiomas….
Y diciendo esto cerró la
puerta....y abrió una nueva historia.
…esto fue solo el principio…
Hoy tus cualidades de seda y humo sobre los hombros de una dama empeñada en defender las obras de arte a costa de sí misma, si fuera preciso. Un tiempo difícil el que abordas, pero muy bien resuelto.
ResponderEliminarBesos
preciosa historia, no me esperaba eso cuando comencé a leerla.
ResponderEliminarY vengo a invitarte a algo, a ti que te gusta escribir, es un reto... ¿te atreves?
http://podemos-juntos.blogspot.com.es/2012/10/reto-segundo-de-halloween-minirelato-de.html