Su
voz era como un susurro, hablaba y hablaba sin escatimar en detalles. A esas
horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me
adormecían sin poder evitarlo. El abuelo repetía una y otra vez la aventura de
aquel viaje en el que una vez en el tren, sus ojos se detuvieron en aquella
mujer de tez blanqueada por el miedo, que momentos antes de ser entregada a la
policía secreta le colocó un sobre en el bolsillo….Su voz de vez en cuando se
colgaba en el silencio como si aún pudiera observar desde aquel vagón, los pocos
pueblos diseminados, las iglesias vacías y esas pequeñas aldeas colgadas en las
cumbres nevadas que desafiaban la gravedad….
Tan solo al bajar del tren y ver los pastores alemanes, quiso tirar el
papel a la basura, quemarlo, romperlo…pero recordó esos ojos suplicantes y
decidió buscar al remitente de la carta…Cómo brillaban sus ojos al llegar a este punto!!…El documento localizaba un embarque de oro
procedente del Reichbank en Suiza que la Résistance había burlado a los alemanes. Y mientras el
abuelo contaba, yo me lo imaginaba como Indiana Jones unido a los franceses y participando
del rescate de aquella mujer del tren, una joven espía española que desde la
clandestinidad luchaba contra la ocupación nazi y que terminó siendo mi abuela…pero
eso, siempre decía, era otra historia, porque
el abuelo disfrutaba contando, igual que sucediera en Casablanca, de su amor nacido aquella fría tarde
en un lugar llamado Canfranc.
(Mas historias de este jueves de locomotoras en La Plaza del Diamante)
Hermosa historia...amor contra viento y marea...como debe ser!!!...qué bonito que lo has contado y es que los relatos de amor a lo Indiana Jones no están nada mal...
ResponderEliminarun besote!!!
¡Es verdad! Hemos coincidido. ¡Que curioso! Un orgullo, de verdad.
ResponderEliminarEs la estación de Canfranc. Un lugar, como te he dicho en mi blog, increíble en todos los sentidos.
Un beso enorme.
Los abuelos de cierta edad siempre han cogido como epicentro de sus recuerdos las guerras que vivieron y que nosotros los considerábamos héroes y lo eran. Anda que no se vanagloriaban de ello y si por medio había una novial mejor que mejor
ResponderEliminarMuy bien llevada la historia. La verdad es que se queda uno con ganas de más porque una vez que las has "sacado" del tren, da para mucho, la carta, el remitente misterioso, el oro...menuda historia. Tira de los hilos...
ResponderEliminarBesos
Wow... un relato digno de continuación, como dice Max, queda uno con ganas de más... Una historia genial y muy narrada, cargada de detalles... un amor de película...
ResponderEliminarMuchos besines...
Un relato vivo, que llama a más....a continuar.
ResponderEliminarUn hermoso amor hermosa historia
Abrazo
Los encuentros jueveros suelen ser excusa y oportunidad para encontrarnos con atrapantes historias como la que nos narras. Todo un reto hacerlo en solo 200 palabras y lo has logrado con mucha calidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Es buenísimo tu relato y muy, muy original. Me encanta...
ResponderEliminarMuchos besos
Que gran historia. Despertó mi curiosidad de conocer todo lo que no contaste.
ResponderEliminarCasi que es una historia que podría expanderse.
Muy buena historia, en la que creo has encajado perfectamente sus piezas. Además me ha llegado dentro el lugar donde la sitúas, en ese apacible Canfranc, donde, como vemos, también han ocurrido historias de gran voltaje.
ResponderEliminarBesos.
Si yo me he quedado con ganas de saber que paso en esa otra historia. Esta es como la primera la de intriga, parece que lo bueno haya de venir despues.
ResponderEliminarSi yo me he quedado con ganas de saber que paso en esa otra historia. Esta es como la primera la de intriga, parece que lo bueno haya de venir despues.
ResponderEliminarSi yo me he quedado con ganas de saber que paso en esa otra historia. Esta es como la primera la de intriga, parece que lo bueno haya de venir despues.
ResponderEliminarEs que los momentos difíciles unen, y ese fue un momento muy dificil, que al final parece que todo salió bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buen relato que te deja con ganas de más.
ResponderEliminarUn saludo
Es esta una de esas historias que son tan grandes como la vida, una historia de lucha y compromiso envuelta en un halo de misterio, y como fondo, el amor.
ResponderEliminarSin duda queda la sensación de saber más de esta historia y sobre todo de los personajes.
Un abrazo.
Qué buen relato! Has introducido unos elementos de intriga que nos dejan con ganas de saber más cosas.
ResponderEliminarEncantada de leerte.
Realmente intrigante tu historia, has introducido elementos que nos llevan a imaginar mucho, trenes, espías, mapas de tesoros...y amor.
ResponderEliminarUn beso
Una historia nacida de la generosidad, la solidaridad y la compasión, con sorpresa, misterio y acción insinuados. Además termina con final feliz.
ResponderEliminarMe ha gustado muchos, más por lo que se imagina que por lo que se cuenta.
Saludos.
Un amor nacido no sólo al improviso, sino en medio a la desolación de una guerra. Me gustó el hecho de que cuentas sin contar, hay mucho dejado a la imaginación.
ResponderEliminarUn relato extraordinario y muy bien llevado.
Un beso.
Ohhhh, has dejado abiertas las puertas de varias historias mientras el tren se va y el abuelo alimenta nuestra imaginación.
ResponderEliminarUn beso
Preciosa y estimulante historia. Efectivamente tiene esa atmósfera de Casablanca. De héroes irrepetibles que dan color a un relato en blanco y negro. Repito, precioso y estimulante.
ResponderEliminarBesos y gracias por participar