“..Una
certidumbre sola y terrible dominaba ese instante de tránsito dentro del sueño:
saber que irremisiblemente esa expulsión comportaba el olvido total de la
maravilla previa. Supongo que la sensación de puerta cerrándose era eso, el
olvido fatal e instantáneo. Lo más asombroso es acordarme también de haber
soñado que me olvidaba del sueño anterior, y de que ese sueño tenía que ser
olvidado…”
Cortázar en Rayuela
(1963)
La palabra olvido es más antigua que la propia historia de
la humanidad. En efecto, sus orígenes se remontan a las lenguas prehistóricas
indoeuropeas, en las cuales la raíz lei-w dio lugar en latín al verbo oblivisci
'olvidar', de cuyo participio pasivo oblitus se derivó en latín vulgar el verbo
oblitare, a partir del cual se formó el verbo castellano olvidar, así como el
francés oublier.
El olvido….como diría Ortega y Gasset, eso es un problema de
mi yo contra mis circunstancias, siempre empeñada en hacer hablar a mi corazón
y mi alma. Con grandes ilusiones y grandes sueños….y fui feliz en ese sueño,
inmensamente feliz….pero olvidarás igual como olvidas una contraseña, olvidarás
hasta mi nombre y que algún día nos conocimos…
Sugerente y enriquecedora entrada. Y muy divertido vídeo.
ResponderEliminarGracias.
Un saludo cordial.