Una vez leí algo hermoso que,
de una forma u otra, se aplica irremediablemente al amor que nace donde no
debe... Siempre lo recuerdo...no sé por qué…y eso que lo leí hace muchos años
pero lo llevo como parte de mi equipaje
"...Brida caminó en dirección al
Mago. Los dos se encontraron cerca de la hoguera. Las palabras eran difíciles.
Fue ella quien rompió el silencio.
- Llevamos el mismo camino. Él
asintió con la cabeza.
- Entonces vamos a seguirlo juntos.
- Pero tú no me amas -dijo el Mago.
-Sí te amo. Aún no conozco mi amor por ti,
pero te amo. Tú eres mi Otra Parte.
La mirada del Mago, sin
embargo, estaba distante. Se acordaba de la Tradición del Sol y una de las más
importantes lecciones de la Tradición del Sol era el Amor. El Amor era el único
puente entre lo invisible y lo visible que todas las personas conocían. Era el
único lenguaje eficiente para traducir las lecciones que el Universo enseñaba
todos los días a los seres humanos.
- No me
voy - dijo ella-. Me quedo contigo.
-Tu enamorado te está esperando -respondió el Mago-. Yo bendeciré vuestro amor.
-Tu enamorado te está esperando -respondió el Mago-. Yo bendeciré vuestro amor.
Brida lo miró sin entender.
-Nadie puede poseer una salida de sol como
aquella que vimos una tarde - continuó el mago-. Así como nadie puede poseer
una tarde con lluvia golpeando las ventanas, o la serenidad que un niño
durmiendo derrama alrededor, o el momento mágico de las olas rompiendo en las
rocas. Nadie puede poseer lo más bello que existe en la Tierra, pero podemos
conocer y amar. A través de estos momentos, Dios se muestra a los hombres.
No somos dueños del sol, ni de
la tarde, ni de las olas, ni siquiera de la visión de Dios, porque no podemos
poseernos a nosotros mismos.
El Mago extendió la mano hacia
Brida y le entregó una flor.
- Cuando nos conocimos, y parece que yo
siempre te conocí porque no consigo recordar cómo era el mundo antes de ti, te
mostré la Noche Oscura. Quería ver cómo enfrentabas tus propios límites. Ya sabía
que estaba delante de mi Otra Parte, y esta Otra Parte iba a enseñarme todo lo
que yo necesitaba aprender, éste fue el motivo por el que Dios dividió al
hombre y a la mujer.
Brida tocaba la flor. Era la
primera flor que veía en muchos meses. La primavera había llegado.
- Las personas dan flores de regalo porque en
las flores está el verdadero sentido del Amor. Quien intente poseer una flor,
verá marchitarse su belleza, pero quien se limite a mirar una flor en un campo,
permanecerá para siempre con ella. Porque ella combina con la tarde, con la
puesta de sol, con el olor de tierra mojada y con las nubes en el horizonte.
Brida miraba la flor. El Mago
volvió a tomarla y la devolvió al bosque.
Los ojos de Brida se llenaron
de lágrimas. Estaba orgullosa de su Otra Parte.
- El bosque me enseñó esto: que tú nunca serás
mía y por eso te tendré para siempre. Tú fuiste la esperanza de mis días de
soledad, la angustia de mis momentos de duda, la certeza de mis instantes de
fe. Porque sabía que mi Otra Parte iba a llegar un día, me dediqué a aprender
la Tradición del Sol. Sólo por tener la certeza de tu existencia, es por lo que
continué existiendo.
Brida no conseguía reprimir las
lágrimas.
-
- - Entonces tú llegaste y entendí todo esto.
Llegaste para liberarme de la esclavitud que yo mismo me había creado para
decirme que estaba libre, que podía volver al mundo y a las cosas del mundo. Yo
entendí todo lo que necesitaba saber y te amo más que a todas las mujeres que
conocí en mi vida, más de lo que amé a la mujer que me desvió sin querer, hacia
el bosque. Me acordaré siempre de que el amor es la libertad. Ésta fue la
lección que tardé tantos años en aprender. Esta fue la lección que me exilió, y
que ahora me libera.
Las llamas crepitaban en la
hoguera y los pocos invitados que quedaban comenzaban a despedirse. Pero Brida
no escuchaba nada de lo que estaba pasando.
-¡Brida!
-oyó una voz distante.
- El te está mirando, muchacha -dijo el Mago. Era la frase de una vieja película que había visto. Se sentía alegre, porque había girado otra página importante de la Tradición del Sol. Sintió la presencia de su Maestro, él había escogido también esta noche para su nueva Iniciación.
- El te está mirando, muchacha -dijo el Mago. Era la frase de una vieja película que había visto. Se sentía alegre, porque había girado otra página importante de la Tradición del Sol. Sintió la presencia de su Maestro, él había escogido también esta noche para su nueva Iniciación.
- Me acordaré toda la vida de ti y tú de mí.
Así como nos acordaremos del atardecer, de las ventanas con lluvia, de las
cosas que tendremos siempre porque no podemos poseerlas. Decía Brida
entre lágrimas
-¡Brida! volvió a llamar Lorens.
Ve en paz -dijo el Mago- y seca esas lágrimas. O di que se deben a las cenizas de la hoguera. No me olvides nunca.
Ve en paz -dijo el Mago- y seca esas lágrimas. O di que se deben a las cenizas de la hoguera. No me olvides nunca.
Sabía que no necesitaba decir
aquello. Pero, de todas formas, lo dijo.
Así es como el verdadero amor decide
dejar ir a la otra parte, argumentando que si se corta una flor del campo, ésta
no podrá seguir adornándolo…es mejor sentirse realizado con el simple hecho de haber
conocido a la otra mitad y sentirse feliz de haber compartido un tiempo
…ahora es tiempo de dejarte en
libertad para que seas feliz en el lugar que le corresponde.
Precioso amiga, yo me siento afortunada de haber compartido ese tiempo con el ser amado.
ResponderEliminarLindo relato,
ResponderEliminarSaludos cordiales Mirella.
Hasta pronto.